Sé de primera mano lo fríos que a veces pueden llegar a ser los refugios, conozco el miedo y el aislamiento que conlleva la violencia doméstica. En Santana Globally We Care (SGWC) encontré el apoyo que desearía haber recibido en ese entonces; Esta organización es como una mano de socorro extendida, una voz susurrando: “No estás sola”. Era exactamente lo que anhelaba, lo que necesitaba desesperadamente en ese entonces.
Ahora, del otro lado de esa lucha, me mantengo firme como voluntaria. Cada vez que hablo con una sobreviviente, una punzada de empatía me invade, pero está entrelazada con una determinación feroz. Veo el reflejo de mi pasado en sus ojos, una vulnerabilidad que resuena profundamente en mi interior.
Estas mujeres son fuertes, increíblemente fuertes. Pero la fuerza no elimina la necesidad de apoyo. Aquí, en SGWC, encuentran un refugio seguro, una oportunidad para reconstruir sus vidas. Las ayudo a navegar los recursos, encontrar su voz nuevamente y redescubrir la fuerza que se encuentra dentro de ellas.
Ser voluntaria aquí no se trata solo de retribuir, se trata de asegurar que ninguna mujer enfrente lo que yo enfrenté sola. Cada sonrisa indecisa, cada chispa de esperanza reavivada, es un testimonio del poder de esta organización y la razón por la que dedico mi tiempo a ella.
Pero no tienes que pasar por este viaje sola. Si tú también eres una sobreviviente y estás lista para convertir tu dolor en un propósito, considera unirte a nuestra increíble comunidad en SGWC. Juntas, podemos ser un faro de esperanza para otras mujeres, guiándolas hacia un futuro más brillante. Entendemos tus luchas porque hemos recorrido un camino similar. Eres fuerte, y juntas somos aún más fuertes.